Retina

La retina es la capa más interna del ojo; un tapiz que recubre el globo ocular por dentro y que está compuesto por un entramado de varios tipos de células (sobretodo neuronas) interconectadas. Las enfermedades de la vista que dañan este complejo tejido suelen tener un impacto importante en la visión, ya que cumple la función clave de convertir los estímulos luminosos en señales eléctricas que se envían al cerebro para que este las pueda interpretar.

Agujero macular

El agujero macular es una rotura que se produce en la mácula o centro de la retina. Esta zona del fondo del ojo (que no supera los 3 milímetros de diámetro) es la responsable de la visión de detalle, que nos proporciona la agudeza visual más fina y nos permite leer, coser, reconocer rostros y realizar otras muchas tareas cotidianas de precisión.

El agujero macular puede ser muy sutil al principio y no notarse, aunque, si crece, puede acabar afectando de forma muy severa la visión central, provocando incluso una zona ciega o mancha en el centro de la visión.

Con la edad, el vítreo se va a desprender de la retina, lo cual es un proceso normal. Pero en ocasiones no logra desprenderse del centro de la mácula, ocasionando inicialmente tracción y si continúa el proceso, ocasionará eventualmente ruptura de la retina generando un agujero.

En etapas iniciales, se puede vigilar estrechamente, ya que en algunos casos la resolución espontánea llega a ocurrir.

En caso de que el seguimiento revele progresión del agujero, se deberá realizar vitrectomia y limitorrexis para eliminar la tracción de la retina y cerrar el agujero.

La cirugía temprana es clave para un buen pronóstico visual, ya que entre peor sea la visión y mayor el tamaño del agujero, menor será la recuperación visual final.

Desprendimiento de retina

El desprendimiento de retina ocurre cuando a través de una ruptura en la retina (desgarro o agujero) se filtra el vítreo licuefacto y la separa de la capa que la sostiene llamada Epitelio pigmentario de la retina.

Sin el aporte de nutrientes y oxígeno que reciben de la coroides, las células retinianas, muy especializadas y sin capacidad de regenerarse, se dañan y no pueden funcionar correctamente. Es por ello que la pérdida de visión puede ser muy severa si no lo tratamos a tiempo, estando considerado una urgencia oftalmológica.

Los síntomas del desprendimiento de retina tempranos son:

Aparición súbita o aumento repentíno de las miodesopsias (flotadores vítreos)

  • Aparición súbita o aumento repentíno de las miodesopsias (flotadores vítreos)
  • Destellos de luz periféricos
  • Sombra oscura periférica por arriba o abajo en el campo visual

Los síntomas van empeorando rápidamente conforme se extiende el area de retina desprendido. Cuando ya afectó el area de mejor visión (mácula) ocurre la baja súbita de la visión.

El desprendimiento de retina puede darse a cualquier edad, aunque es más probable que suceda si tienes más de 40 años. También pueden influir los antecedentes familiares y otros factores de riesgo pueden ser:

  • Alta miopía
  • Cirugías oculares previas, como la de catarata
  • Retinopatía diabética
  • Traumatismos oculares

En el caso de los desprendimientos de retina traumáticos, especialmente complejos, son frecuentes los que están relacionados con la práctica de determinados deportes de contacto o con pelota (como el pádel o el tenis), así como con accidentes de tráfico o laborales.

Ante la presencia de los síntomas mencionados, es urgente acudir a consulta para detectar tempranamente el desprendimiento.

Cuando detectamos la presencia de desgarros antes de que se haya producido el desprendimiento de retina, podemos tratarlo de forma preventiva con laser, y detener su progresión a un desprendimiento de retina.

Cuando la retina ya está desprendida, el único tratamiento es con cirugía de retina lo más pronto posible para recuperar y preservar la máxima visión posible.

Los cirujanos de retina evaluamos la conformación del desprendimiento de retina para seleccionar el tipo de cirugía mas adecuado para lograr la reaplicación de la retina.

Cuando ya ha pasado tiempo desde el inicio del desprendimiento de retina, esta desarrolla cambios llamados vitreorretinopatía proliferativa, estos cambios generan dificultad para que la retina vuelva a su sitio y en ocasiones pueden favorecer nuevamente el re-desprendimiento de la retina. Son casos mas complejos que ameritan que implementemos mas de una técnica quirúrgica asi como materiales dentro del ojo como el aceite de silicón.

DMRE (degeneración macular relacionada a la edad)

La DMAE (degeneración macular asociada a la edad) es una enfermedad degenerativa que afecta a la mácula o zona central de la retina, la parte en la que reside el 90% de la visión y donde la agudeza visual es más nítida y precisa.

Se trata de la primera causa de ceguera en mayores de 55 años en los países desarrollados y está presente en algún grado en un tercio de la población mayor de 70 años. Puede manifestarse de dos formas:

Una forma llamada «seca», en la cual se va desarrollando paulatinamente la atrofia de la retina. Y la otra forma la llamamos «húmeda» y se caracteriza por la presencia de membranas neovasculares.

La DMAE no produce dolor ni ningún tipo de molestia, salvo la afección de la visión central. Es una enfermedad que puede resultar muy invalidante, ya que, aunque la visión periférica se conserva, origina dificultades crecientes para reconocer rostros, leer, escribir, ver la televisión, andar y bajar escaleras o realizar diferentes tareas de precisión.

La DMRE en su forma seca es de lenta progresión, a diferencia de la DMRE húmeda que puede generar baja visual súbita de la visión central.

En caso de presentar pérdida brusca de la visión central, distorsión o deformación de las caras o letras, así como aparición de una mancha negra fija en el medio del campo visual, es importante acudir inmediatamente a una consulta.

No se conocen con exactitud cuáles son las causas de la DMAE, una enfermedad de origen multifactorial en la que algunos factores de riesgo claramente demostrados son:

Edad: la DMAE no suele aparecer antes de los 50-60 años y su incidencia aumenta con el paso del tiempo. De hecho, en los mayores de 75 años la probabilidad de padecerla se multiplica por 4.

Predisposición genética: se estima que un 50% del riesgo de sufrir DMAE es hereditario y que la probabilidad de padecerla aumenta entre 3 y 6 veces si tienes un familiar afecto de primer grado. Actualmente, se conocen una veintena de genes implicados en la patología y se sigue investigando en este campo.

Tabaco: fumar multiplica por 5 el riesgo de DMAE y es el principal factor modificable.

Podemos tratar eficazmente la DMAE húmeda gracias a los fármacos de inyección intraocular, que permiten frenar la patología y lograr que la mayoría de pacientes puedan mantener e, incluso, recuperar la visión.

Por su parte, la DMAE seca actualmente no tiene un tratamiento efectivo, aunque hay investigaciones en marcha

Retinopatía diabética

Hablamos de retinopatía diabética cuando se observa daño en la retina (capa que tapiza el interior del globo ocular), como consecuencia de la diabetes, de la misma manera que que afecta al resto del organismo, alterando principalmente su circulación. El daño es causado por por distintos mecanísmos sin embargo de manera general, podemos decir que el daño es causado por mantener altos niveles de glucosa en sangre de forma sostenida o por elevaciones abruptas. En la retinopatía diabética, pueden aparecer alteraciones de distinta gravedad en el tejido retiniano. Las principales lesiones son:

  • Aumento de la permeabilidad vascular, de modo que las paredes de las arterias y venas se ven dañadas generando fuga de líquido o hemorragias. Cuando se fuga líquido y se acumula en la parte central de la retina, se le nombra edema macular, siendo causa frecuente de baja visual moderada.
  • Isquemia retiniana o falta de irrigación en algunas partes de la retina, debido al cierre de pequeños vasos sanguíneos. Esto puede provocar la muerte de las células que se encuentran en la mácula (centro de la retina y zona de mayor agudeza visual), así como la aparición de nuevos vasos sanguíneos que son anómalos y cuyo crecimiento puede provocar complicaciones que amenacen la visión tales como hemorragias en la cavidad vítrea, desprendimiento de retina o glaucoma neovascular.

En fases iniciales, la retinopatía diabética no suele producir síntomas, por loque es muy importante que si tienes diabetes te hagas revisiones oculares periódicas, según te paute tu especialista, para evaluar el estado del fondo del ojo. Solo así es posible detectar precozmente posibles lesiones retinianas, antes de que el daño sea avanzado y se presente una disminución en la visión que en algunas ocasiones pueda ser irreversible.»

Por otro lado, en cualquier fase de la retinopatía diabética puede aparecer el edema macular, que es la causa mas frecuente de pérdida de visión en las personas con diabetes.

La retinopatía diabética puede aparecer tanto en personas con diabetes tipo 1 como con diabetes tipo 2. El tiempo de evolución de esta enfermedad es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar complicaciones oculares y, de hecho, después de 10 años con diabetes, más de la mitad de los pacientes tienen algún grado de retinopatía diabética.

Otro factor desencadenante clave es el mal control metabólico, que aumenta las probabilidades de lesiones retinianas. Por ello, te recomendamos evitar la hiperglucemia, así como la hipertensión arterial o unos altos niveles de colesterol y triglicéridos. Vigilar el sobrepeso y dejar de lado el tabaco es igualmente conveniente para mantener tu retina en buen estado.

Si tienes diabetes y estás embarazada, también debes saber que la retinopatía diabética puede progresar rápidamente durante esta etapa debido a los cambios hormonales y fisiológicos que se producen durante la gestación. Por ello, no debes olvidar tu cita con el oftalmólogo en cada trimestre.

El tratamiento de la retinopatía diabética ha avanzado mucho, gracias a los avances en cirugía (indicada, por ejemplo, cuando se produce una hemorragia vítrea o un desprendimiento de retina), así como a los nuevos fármacos de inyección intraocular, que permiten tratar el edema macular y el crecimiento de vasos sanguíneos anormales (neovasos).

Hoy en día si el tratamiento es correcto y oportuno es totalmente posible poder obtener y mantener una excelente visión a lo largo de toda la vida de una persona con diabetes. En Central Retina, ponemos a tu disposición las mejores soluciones y el conocimiento experto de nuestros especialistas.

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